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El presidente posesionó a los Altos Consejeros que lo acompañarán en su gobierno. | Foto: SEMANA

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Altos consejeros: los superpoderosos del gobierno Duque

Muy al estilo estadounidense, el nuevo presidente le apostó al nombramiento de altos consejeros que le hablarán al oído en Palacio. Duque mostró sus cartas para conformar un nuevo estilo en la Casa de Nariño con que al parecer, delegará poco. Estos son los perfiles del círculo más cercano del mandatario.

13 de agosto de 2018

Iván Duque terminó de confirmar el círculo de personajes cercanos en su gobierno. Los nombres de varios asesores se unirán al equipo de Palacio y desde allí harán dupla con los ministros para aconsejar al presidente en temas políticos, jurídicos, de defensa y administración. Duque llamó a sus amigos más íntimos y se rodeó de personajes con más peso político dentro del uribismo.

Aunque los consejeros presidenciales no son una figura nueva, sí representarán un cambio en el estilo de gobierno que conoce el país. Iván Duque se apegó a un modelo americano y nombró en su equipo a personajes a los que seguramente les tiene más confianza. Aunque en su gabinete oficial sobresalen los perfiles técnicos y con poca cancha en la arena política, Iván Duque, en la elección de sus consejeros, intenta acercarse más a uribistas de cuna, una estrategia con la que seguramente busca un balance para los cuatro años que le esperan en la Casa de Nariño.

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La historia de los consejeros presidenciales se inició en los Estados Unidos y es bien particular: los consejeros se conocieron por primera vez con el término de Kitchen Cabinet o gabinete de cocina. Básicamente eran asesores a los que el presidente consultaba paralelamente a su gabinete oficial.

El origen del término tenía una connotación sarcástica y burlona, pues eran consejeros a los que el presidente consultaba de manera informal y sin ningún protocolo. Nació gracias al trabajo que realizaron extraoficialmente los amigos del presidente Andrew Jackson, quien llegó a la Casa Blanca con una notable desconfianza en los funcionarios que durante años habían hecho parte de la administración.

En Washington, estos asesores no eran parte del gobierno oficial, pero le hablaban tan de cerca al presidente que podrían llegar a tener incluso más incidencia que el propio gabinete. Y fue así como se acuñó una terminología que hoy es replicada en países europeos. Desde entonces, los mandatarios gringos han echado mano de sus aliados políticos y amigos íntimos para ocupar estos cargos a quienes les entregan tareas y responsabilidades con más confianza que a su gabinete de sala, es decir, su equipo oficial.

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Con el tiempo, el término dejó de utilizarse en sentido de burla y adquirió mayor peso en el gobierno. Historiadores, políticos de vieja data e intelectuales eran llamados en cada administración para hacer parte de un trabajo que cada vez era más formal. Hoy, los asesores son aceptados, pertinentes y necesarios en todo gobierno y ayudan los mandatarios a tener más control sobre las decisiones que se toman desde la casa presidencial.

Y esto parece ser a lo que Iván Duque le apostará. En su círculo de consejeros contará con un grupo de personajes con mucha más trayectoria en la arena pública y que conocen de los temas tanto como los ministros. Este será uno de los cambios más notables en el estilo de gobierno. Durante ocho años, Juan Manuel Santos se caracterizó por ser un presidente que delegaba. Centraba la autoridad en su secretario general y desde allí se tomaban la mayoría de decisiones. Duque, en cambio, va a tener una gerencia con más control desde Palacio.

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Aunque casi todas las consejerías son nuevas, los elegidos del presidente tendrán retos gigantes. En la toma de juramento a alguno de los consejeros, el presidente aseguró que los consejeros y los ministros deben hablar con mucha franqueza a quien ejerce el poder para enriquecer los resultados de desarrollo. Duque resaltó la trayectoria académica, profesional y ética de sus nuevos asesores.

Jaime Amín Hernández, alto consejero para asuntos políticos

Amín pertenece a la casa uribista. Es abogado, fue secretario privado del gobernador del Atlántico y senador por el Centro Democrático. El excongresista será quien asesore a Duque en todos los temas políticos. Por su experiencia en temas de gerencia y gobierno, apoyará al presidente en temas de mucha incidencia: desde la Consulta Anticorrupción hasta la relación que Duque tendrá con otros sectores políticos, principalmente en el Congreso, donde tendrá uno de sus mayores pulsos. 

Karen Abudinen, alta consejera para las regiones

La exdirectora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar llega al gobierno para encargarse de los asuntos que más preocupan en las regiones del país. Cercana al gobierno de Juan Manuel Santos, Abudinen ha focalizado su trabajo en el mejoramiento de las condiciones en las que vive la población infantil y los jóvenes. Desde su trabajo como directora ejecutiva de la Fundación NU3, se dedicó trabajar por la nutrición en la costa Caribe. Fue secretaria de Gestión Social en la Alcaldía de Barranquilla y consultora especialista de Capacidad Institucional y Finanzas en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington (Estados Unidos).

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Miguel Ceballos, alto comisionado para la paz

Iván Duque puso en en manos del abogado uno de los mayores retos que heredó del gobierno Santos. Ceballos asesorará al presidente no solo sobre lo que seguirá con los procesos de paz con el ELN y las Farc, sino que tendrá la misión de ponerle el sello a una de las promesas más fuerte de Duque: la cultura de la legalidad. Miguel Ceballos fue exviceministro de Justicia y asumirá los retos que enfrentó en el gobierno pasado Rodrigo Rivera. "Lo he conocido en varios escenarios de mi vida profesional. Ahora tenemos la tarea de la Consejería de la Legalidad, para cimentar una paz duradera", dijo el presidente durante la posesión esta mañana. 

Álvaro García Jiménez, alto consejero para las comunicaciones

Por su experiencia en la prensa y la televisión, García asumirá los desafíos en materia de comunicación en el gobierno de Iván Duque. El nuevo presidente le apostó con este nombramiento a un nombre que no solamente tiene trayectoria en los medios de comunicación, sino que además tiene experiencia en el gobierno y en cargos de gerencia. Fue embajador en Argentina desde 2008 a 2011 y vicepresidente de la consultora FTI. "Lo conocí en distintos momentos y le tengo mucho respeto porque es una personas que sabe muy bien encontrar el mensaje. Será valioso en nuestra tarea de conectarnos con la comunidad", aseguró Duque.

Rafael Guarín Cotrino, alto consejero en seguridad nacional

Guarín tiene uno de los restos más grandes en las consejerías. El abogado deberá trabajar de la mano de Guillermo Botero y le aportará a las estrategias de defensa del país una amplia experiencia en este sector. Guarín tuvo a su cargo las Políticas y Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa en 2010, tiene un maestría en Seguridad y Defensa de la Escuela Superior de Guerra y otra en Análisis y Prevención del Terrorismo de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. "He visto su trabajo en distintos frentes y con su esfuerzo nos va a ayudar mucho en la tarea de la política de la seguridad nacional para que nuestra democracia no sea amenazada por los violentos", señaló Duque.  

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Clara Parra Beltrán, alta consejera para la competitividad y el sector privado

El perfil de Beltrán ha estado encaminado en la gerencia y por su trayectoria cononce ampliamente el sector privado. Fue gerente de Asuntos Corporativos de la Casa Editorial El Tiempo, asesora de Alta Consejería para el Sector Público y Privado entre 2010 y 2011, asesora de los Consejos de Ministros de la presidencia durante tres años y Asesora del Departamento Nacional de Planeación. "Sé de su gran trayectoria en el sector público y privado, sé que cumplirá un tarea excepcional", aseguró el nuevo presidente.

Emilio Archila, alto consejero para la estabilización

Abogado con experiencia en temas de competencia y financieros. Duque confió en Archila, quien en más cercano a su vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. Fue Superintendente de Industria y Comercio, y director de la Oficina Jurídica del entonces Ministerio de Desarrollo Económico. "Conozco su trayectoria como abogado y analista de las políticas públicas, tiene un rigor que lo distingue y será muy importante para que se llamen las cosas por su nombre y para cumplirle al país", indicó Duque.

Francisco Barbosa, alto consejero para asuntos internacionales y de derechos humanos

Iván Duque confió en este abogado uno de los retos claves en el gobierno. La relación del país con las naciones vecinas será fundamental en el desarrollo de las políticas de desarrollo internacional y los derechos humanos. "Sus condiciones como jurista y académico hoy están al servicio de Colombia y eso me honra", dijo el presidente.