El evento inaugural estuvo liderado por el alcalde, la gobernadora y Propacífico. Foto: Alcaldía.

El martes, en el centro de Cali, decenas de funcionarios, políticos y ciudadanos se dieron cita para barrer calles, recoger basuras y pintar las paredes del barrio San Pascual. Fue el inicio de una campaña de la nueva Alcaldía para embellecer la ciudad, y de una cruzada del alcalde Alejandro Eder para retomar el orden, y así lograr gobernabilidad. 

De entrada, Eder da un mensaje de articulación y autoridad, con una meta a la que nadie se puede oponer: una ciudad limpia y ordenada. Además, busca recoger los vidrios rotos que dejó el paro nacional y seguir consolidando su mensaje de reconciliación.

Sin embargo, no es el primer mandatario que empieza su periodo desempolvando la ciudad. Tiene el reto de sostener los esfuerzos en el tiempo y no meter bajo la alfombra los problemas estructurales. 

Escoba nueva barre bien

“Volver a mi Cali bella”, dice el nuevo mural que se pintó el pasado martes al frente de la estación del MIO de San Pascual. Allí, decenas de personas, entre funcionarios, trabajadores de aseo, representantes de empresas privadas y vecinos del sector, barrían las aceras, pintaban los postes y recogían las basuras de las zonas verdes. Al fondo sonaban las bocinas de una caravana de camiones de la basura, que también llevaban pintado el mismo eslogan. 

“Invitamos a todos los caleños no solo a que recojamos la basura, limpiemos y pongamos la ciudad linda otra vez, sino también a mantenerla así”, vitoreó el alcalde Eder desde las graderías del pequeño parque, acompañado de la gobernadora, Dilian Toro, y la primera dama, Taliana Vargas. “Una ciudad organizada es una ciudad más segura y unida”, agregó. 

“Queremos lograr que vuelva a florecer ese espíritu de civismo que nos llevó a convertirnos en la ciudad más cívica de Colombia”, secundó la gobernadora Toro, y anunció que la gobernación adecuará las entradas de Cali como su aporte a la nueva campaña. 

Se intervendrán 13 puntos de la ciudad con pintura de fachadas, lavado de espacio público, corte de césped, mejoramiento paisajístico y urbanismo táctico. Dentro de las zonas impactadas están La Jovita, el Parque de las Banderas, la Glorieta de Siloé y estaciones del MIO como La Buitrera, Tequendama y Universidades. 

La propuesta tuvo acogida en sectores como Chipichape, el Parque de Las Tortugas y Gran Limonar, donde ciudadanos y trabajadores de los comercios aledaños hicieron convites. Hasta los jugadores del Deportivo Cali salieron del entrenamiento a recoger basuras.

Este inicio le permite a Eder avanzar con cambios inmediatos mientras se afianzan sus nombramientos en las dependencias y se consolidan los recursos para sus planes más grandes. 

La campaña cuenta con el respaldo económico del sector privado, que aportó los recursos del nuevo mural, y de organizaciones barriales y comunales. Con ella, el alcalde no solo vincula a la ciudadanía, sino que incluso la responsabiliza de sus resultados. 

También es un espacio de tregua política. En su primera jornada logró reunir a concejales como Andrés Escobar, imputado por disparar a los manifestantes durante el Paro Nacional, y Ana Erazo, defensora acérrima de la manifestación social. 

“Son victorias tempranas. Hay que mostrarle a la ciudadanía que llegó un nuevo gobierno”, afirmó el concejal Felipe Murgueitio, del Centro Democrático. “Lo que vemos las primeras semanas es impactante porque son cosas que se ven en la calle. Deben acompañarse de una gestión eficaz que solucione los problemas de fondo”, agregó. 

En Cali, este tipo de acciones cobran relevancia si se tiene en cuenta el reguero que dejo el paro nacional, cuyas manifestaciones deterioraron el mobiliario urbano. Después del paro y la pandemia, creció la distancia entre el ciudadano y el espacio público, y por ende, la apatía frente a lo que ocurre en él. 

El 44% de los caleños se siente inseguro en la ciudad, de acuerdo a la última medición de Cali Cómo Vamos, realizada el año pasado. Nueve de cada 10 siente que la “cultura” de las personas se ha deteriorado y la mayoría (69%) identifica la falta de sentido de pertenencia como la razón principal. Respecto al espacio público, lo que más preocupa son las basuras y escombros en las calles. También el estado de las bancas, los andenes y los baños públicos.

En Cali el caos es abrumador. Andar por los aceras requiere mantenerse en guardia, ante la invasión de carros y motos parqueados o en movimiento. Las basuras abundan en las esquinas y los caños, y es difícil encontrar un lugar adecuado para esperar el bus o sentarse a descansar. 

“La parte psicológica de los ciudadanos está afectada. Sentimos que todo está sucio, que no hay orden, que no hay respeto, que cualquiera puede invadir”, opinó el concejal liberal Carlos Pinilla. “Ese puede ser el gran legado de Eder, que se vuelva a recuperar el respeto por las personas, por el espacio público y por la autoridad”, añadió.

“Volver a Mi Cali Bella” evoca el relato de una ciudad del pasado, donde seguía vigente el sentido de vecindad y se percibía un mayor orgullo entre quienes habitaban la ciudad. Un relato que le sirvió a Eder para despertar emociones en campaña y que recientemente ha utilizado para impulsar otros proyectos como el Tren de Cercanías.

“Quienes no hemos estado aquí en los últimos tiempos, hemos tenido una nostalgia compartida sobre la belleza que había en Cali”, afirmó Mábel Lara, quien asumió como secretaria de Turismo luego de haber vivido en Bogotá varios años. “Que se vuelva a sentir ese pasado comunitario de civismo que tenía Santiago de Cali”, concluyó. 

Si los resultados de la campaña comienzan a notarse rápidamente, le darán mayor autoridad al alcalde para tomar decisiones menos amables.  

Sirenas, grilletes y oportunidades

Pese a que es experto en resolución de conflictos y ha hecho su carrera como promotor de paz, Eder ganó la Alcaldía con una promesa de orden y autoridad. Por eso, además de los gestos conciliadores, su Alcaldía arrancó con un aumento en los controles policivos y en presupuesto de seguridad que podría duplicarse respecto al 2023. 

“No sorprende que la gente sienta que hace falta mano dura. Esa estará presente ante los infractores, los delincuentes y los malos comportamientos ciudadanos”, advirtió el alcalde en su discurso de posesión. 

Este inicio de año se habilitaron seis puntos de control de tránsito y seguridad, algunos fijos y otros móviles, donde hacen presencia agentes de tránsito, policías y hasta militares. También se conformaron dos equipos “convoy”, con alrededor de 20 motorizados cada uno, que recorren permanentemente las calles de la ciudad. De acuerdo con el secretario de Seguridad, Jairo García, habrá un control especial en el sistema de transporte MIO y en el centro.

“Queremos ser transparentes, eficientes y tener resultados a corto plazo en los principales indicadores. No solamente serán los indicadores clásicos, como la denuncia de los delitos contra el patrimonio y la vida, sino también la percepción de seguridad”, explicó el secretario. García viene de ser secretario seguridad de Enrique Peñalosa, en Bogotá, y viceministro de Defensa de Iván Duque. 

En paralelo, la Alcaldía planea un fortalecimiento de las instituciones de justicia, que incluye duplicar las casas de justicia, así como la construcción de una nueva cárcel y la reactivación de programas de prevención. Entre sirenas, grilletes y oportunidades, se espera que la ciudad pase de los mil homicidios que hubo en 2023, a 700 dentro de cuatro años.  

En la Secretaría de Movilidad, Eder nombró a Wílmer Tabares, exagente de tránsito, comunicador y especialista en Gestión Pública. Sin embargo, Alberto Hadad tendrá un rol protagónico como asesor. Hadad fue secretario de Tránsito durante la Alcaldía de Rodrigo Guerrero, y es sinónimo de mano dura por su estilo confrontacional. 

En entrevista con El País, el exsecretario dijo que no pudo liderar la dependencia porque excede la edad permitida, pero que será el encargado de la movilidad. Aseguró que no va a permitir motos en los andenes ni transporte “pirata”. Por eso, han aumentado los controles a los acopios de transporte informal y el trabajo de las grúas.

La próxima semana comenzará una nueva estrategia en los carriles exclusivos del MIO, con un grupo de 20 agentes de tránsito que tendrán como tarea exclusiva evitar su invasión. 


Los retos para que la pintura no se caiga

Un día como hoy, hace cuatro años, Jorge Iván Ospina lanzó la campaña “Nuestra casa común”, que comenzó con una jornada de limpieza a lugares representativos de la ciudad. 

En diferentes momentos de la historia, Cali ha hecho campañas similares y la versión nostálgica de la ciudad del pasado se rememora hace décadas sin mayores efectos. El reto de Eder está en mantener el entusiasmo inicial. 

Hay consenso entre los diferentes sectores sobre la necesidad de complementar la iniciativa con programas de prevención y control focalizado de la violencia. 

“Es importante tener la ciudad bonita, no solamente porque se ve bien, sino porque eso tiene impacto en la percepción de seguridad y en los casos de victimización”, afirmó Katerine Aguirre, economista experta en seguridad del instituto brasileño Igarapé. “El delito fácilmente puede desplazarse, por lo cual se debe focalizar y mirar lo que hay alrededor de cada territorio”, agregó, e hizo un llamado para avanzar en programas de prevención de la violencia.

De acuerdo con Henry Murrain, ex subsercretario de Cultura Ciudadana de Bogotá y experto en sociología cultural, este tipo de campañas deben estar acompañadas por herramientas prácticas que le permitan a la comunidad apropiarse de los problemas cotidianos. “No se puede trabajar la ‘cultura ciudadana’ en abstracto. Hay que decirle a las personas cómo se aborda el problema y cuáles son los factores que influyen”, afirmó. 

La discusión se pone más álgida al hablar de graffiti y muralismo. El alcalde dijo que será regulado y que permitirá aquel que “enaltezca nuestra ciudad y que promueva la unión y la reconciliación”. Advirtió que no va a permitir que se “siga llenando a Cali de odio”, pero aún no es claro cuál va a ser el racero para definir dichos términos. 

Como en otros lugares del país, en Cali el estallido social se tomó las paredes con cientos de murales y grafitis de contenido político, que han sido rechazados por quienes se oponen a las causas del paro. Ayer, por ejemplo, fue vandalizado un mural inaugurado recientemente por la alcaldía de Jorge iván Ospina, que exaltaba el “Monumento a la Resistencia” construido durante las manifestaciones. Líderes de las manifestaciones le han pedido al alcalde pronunciarse al respecto. 

La mancha negra reactivó la discusión alrededor de los símbolos de la ciudad y dejó en evidencia la fragilidad del consenso, incluso en asuntos básicos como lo que se pinta en las paredes. 

“Estamos en un momento en que esas riñas tienen que empezar a dialogar, hay que generar esos espacios de diálogo y ver qué puede fluir”, afirmó Jesús David Rodríguez, muralista y miembro de la Mesa de Gráfica Urbana de Cali. Fue quien marcó los trazos del nuevo mural de San Pascual. “Si su voz no es escuchada, la gente va a tomarse las paredes o cualquier otro medio para poder expresarse”, agregó. 

Eder quiere pintar una nueva Cali, pero será difícil definir los colores en una ciudad con tantos matices. A priori, alcanzó un logro que no es menor y le da un impulso a su nuevo mandato: unir a una ciudad dividida en torno a un propósito común. Ahora falta que permanezca más allá de barrer basura. 

Soy el periodista de La Silla Vacía en el Pacífico. Estudié periodismo de la Universidad de Antioquia. Crecí en el periodismo universitario y cofundé el medio de comunicación La Vuelta, enfocado en periodismo para juventudes. Ahora cubro el poder en el Valle del Cauca y la región Pacífica.